En ciencia lo importante es el mensaje
Si hay algo que históricamente la ciencia y la comunicación científica han obviado es, claramente, el diseño gráfico. Esta disciplina que, dice Wikipedia, sobrina nieta de nuestra Encarta, que es ‘el arte de proyectar comunicaciones visuales para transmitir mensajes específicos a grupos sociales, con determinados objetivos’.
Al final, en realidad, lo que varía es el soporte. La mayor parte de los/as científicos/as que conozco también quiere transmitir mensajes: vacúnate, no bebas alcohol, cuida tu alimentación, cambia la forma en la que atiendes a tus pacientes… Pero, el problema es que desde el ámbito científico se considera que lo importante es el mensaje, verba porque ‘sin verba no hay res’, y rara vez prestan atención al formato aunque, en este mundo de smartphones, instagramers y YouTube, sin res sea muy difícil que la gente llegue al verba.



Cada vez me parece más importante que el mensaje quede bonito
Y, aquí, tengo que confesar que yo misma he ido experimentando mi propio cambio desde el recelo a lo gráfico, empujada por nuestro diseñador Jorge de Juan y nuestro realizador Carlos Martínez, que aman lo bello y se empeñan en que las cosas no sólo tienen que ser, también tienen que parecerlo.
Sí. Lo confieso. Me he ido rindiendo a lo bello y ahora, cada vez que proponemos un nuevo proyecto en nuestra agencia de comunicación científica en salud, intento incluir una parte de diseño gráfico. Que además, toca pelear mucho, porque vivimos empeñados en que un logo te lo hace tu sobrino bien apañado, y que cualquiera que sepa un poco de Photoshop ya puede. Ahora me empeño en que si quieres que te vean, lo tienes que hacer bonito porque ¡cuánto mejor llegan los mensajes cuando los pintamos de colorines! En una sociedad en la que estamos acostumbrados a lo audiovisual, aunque no nos guste la idea, lo importante es el papel de regalo.
Maquetar tu informe científico puede ser la clave
Este verano me llamó María José Belza, que es una de las primeras personas a las que conocí cuando empecé a hacer investigación en salud pública. Trabaja en la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III (Ministerio de ciencia e innovación). Necesitaba “poner bonito” un documento en el que estaban trabajando: la maquetación y edición gráfica de un informe científico. La temática era el chemsex, un fenómeno que preocupa mucho a los/as profesionales de la salud pública, porque son sesiones en las que se consumen drogas para facilitar o intensificar las actividades sexuales, y que conllevan un elevado riesgo de transmisión del VIH y otras infecciones de transmisión sexual.
Me alegró mucho hablar con ella, y, especialmente, descubrir en el equipo de investigación esa sensibilidad no solo hacia la rigurosidad científica del documento (de la que puedo dar fe de forma profunda, porque me lo leí también con mucha profundidad) también hacia la parte gráfica.


Un buen diseño gráfico para un buen trabajo científico
Jorge se puso manos a la obra e hizo varias propuestas de diseño, que fuimos afinando hasta que conseguimos el tono que al equipo le parecía el más adecuado para el tipo de documento en el que estaban trabajando: «Abordaje de la salud mental del usuario con prácticas de chemsex. Un material de apoyo para la formación de los profesionales de la salud mental«.
Os dejo el enlace al documento. La verdad es que este trabajo fue un placer de verdad. Por reencontrarme con personas con las que he compartido mucho, pero, también, por volver a ver la dedicación, el cariño y el mimo con el que profesionales del ámbito científico realizan un informe de estas características. Que además, ha quedado bien bonito.
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